2 de junio de 2009

Tierras Lejanas

Desde el principio de los tiempos, los pueblos se han interesado por lo que hay más allá de sus fronteras conocidas. Ya sea por razones comerciales, políticas o el simple espíritu aventurero, las grandes expediciones han jugado un papel importante en la civilización, y el descubrimiento de nuevos mundos parece no dejar de sucederse. Pese a que Neabarond y Olaerond son los dos continentes principales y conocidos, bien es sabida la existencia de otras tierras por el mundo, aunque no todas están realmente exploradas...

Las Tierras del Norte:
A lo largo de la historia, pocos hombres se han adentrado más allá de los mares del norte, donde la tierra conocida se acaba. Más allá, gigantescos casquetes de hielo y algunas islas desconocidas se adentran en un océano que nadie ha conseguido cartografiar.

El Lejano Oriente:
En el viejo continente, se conoce desde hace tiempo la existencia de tierras más allá de los Montes Arsûn, sin embargo poco se sabe realmente de lo que hay en ellas. Las historias hablan de gigantescas cadenas montañosas, interminables desiertos helados y civilizaciones exóticas y milenarias, pero a parte de lo contado por los disciplinados guerreros Velahgring provenientes de la tierra de Phong-Shuy, poco se sabe de lo que se puede encontrar más allá de la ciudad de Yitay, ciudad de origen de la adoración al Único.

La Tierra de Fuego:
Conocida desde que el hombre se adentró en el mar, al sur del Mar de la Plata existe una tierra salvaje y calurosa poblada por el sol y la arena en la que pueblos de hombres de piel oscura sobreviven cada uno a su manera. Es la Tierra de Fuego, un continente del que poco se conoce más allá de la costa, y en el que todo el que se adentra es vencido por el calor o la arena. Pese a todo, parece ser que más al sur el sofocante desierto acaba dando lugar a una jungla tan profunda como peligrosa. Varias son las civilizaciones que subsisten al resguardo del Mar de la Plata, entre las que destacan la ciudades de Morgundi o El Raiat al norte, las de Gorking y Gorong al oeste, en la llamada Bahía del Mono, los sanguinarios corsarios de Matarak, o la antigua civilización de Tarbeth, cuyas espectaculares obras arquitectónicas han asombrado a los marineros desde hace siglos.

El Gran Verde:
Cuando los exploradores se aventuraron más allá del archipielago de las Islas Tortuga, ante ellos apareció una nueva tierra. Prácticamente desde el agua, un enorme bosque tropical se levantaba para no dejar ver más allá, y la mayoría de los que se adentraban más de lo necesario acababa por no regresar. Poco tardaron los Colonos en fundar algunos asentamientos en la costa, entre los que destacan los de Nueva Arzaen, Colonica o Tutxi, pero el trabajo de exploración era prácticamente imposible, y hasta el día de hoy poco es lo que se sabe de lo que puede haber más allá de la línea de costa.

Las Islas Dragón:
En las tabernas y los muelles se escuchan desde hace un tiempo historias sobre una tierra más allá del continente de fuego. Una tierra de mitos y leyendas, en las que las serpientes marinas pueden partir un barco en dos de un solo bocado y los dragones surcan el cielo protegiendo gigantescos tesoros y civilizaciones perdidas forjadas en oro. Los marinos las llaman las Islas Dragón, y cada vez son más los navíos que zarpan en su busca. Y cada vez menos los que vuelven.

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